martes, 23 de febrero de 2010

Fuimos Maradona

En estos días de nula inspiración, me dediqué a leer algunas cosas guardadas y entre ellas me encontré con este escrito de ese grande que es Martín Caparrós, y me pareció valido poder compartirlo con todos ustedes ( de más está decir que comparto totalmente lo que acá se dice) Carlos Ruiz



Señor Diego, mantenga su palabra. Fije día y hora, un lugar más o menos discreto, y varios millones nos pondremos en cola para ejercer la succión que usted comanda.

Por M. Caparrós

16.10.2009

Es duro haber sido Maradona. A todos nos sucede: lo hemos sido. Durante muchos años, la escena se repitió en los lugares más variados, con interlocutores tan distintos, con los acentos más diversos:
–Where are you from?

Me preguntaron tantas veces y, cuando les contestaba que argentino, se quedaban mirándome. En Asia y África y Oceanía –por ejemplo– la Argentina existe muy poquito y mi respuesta provocaba, la mitad de las veces, una sola respuesta: ajá. O sea: la lógica ignorancia. Para la otra mitad –para los que sabían– el remate se repetía invariable:

–Ah, argentino… ¡Maradona!

Era impresionante: no se me ocurre ningún otro caso de país tan uniformemente sintetizado, definido por la figura de un señor. El vocabulario global pronuncia muy pocas palabras argentinas: tango ya tiene casi un siglo y después, además de maradona, la única voz que le dimos al mundo es el neologismo desaparecido. El jugador Maradona apareció en el momento justo en que la televisión empezaba a llevar el fútbol a los confines más lejanos: miles de millones de chinos, rusos, indios, africanos que nunca oyeron hablar del gaucho, de Evita, de Gardel, y que no relacionan a Guevara con el país donde nació, han visto a Maradona cacheteando pelotas –y es lo que saben de nosotros. “Alguna vez terminaremos de aceptar”, escribí hace unos años, “que para dos o tres mil millones de personas la Argentina y los argentinos –todos los argentinos, las vacas, las montañas, los presidentes, los violadores fugitivos, el novio de tu hermana, aquel triciclo, los inmigrantes bajando de los barcos, el cielo de Humahuaca, el peronismo, la esquina de Carabobo y Cucha Cucha, la marcha de san lorenzo, tu futuro, los ovejeros belgas y hojitas y sánguches de miga, las pastillas refresco, tlön uqbar orbis tertius, este papel manchado– no somos nada más o nada menos que la confusa nube de pedos que aureola la pierna izquierda del Gran Diez. El mundo está lleno de personas que nunca oyeron hablar de la Argentina pero sí de Maradona; el mundo está lleno de otras personas que sólo oyeron hablar de la Argentina porque oyeron hablar de Maradona. En el mundo –para todos los que no son vecinos o europeos con parientes o tercermundistas más o menos cultos–, la Argentina somos él. Digo: para miles de millones de personas somos él. Es un destino. Supongo que podría ser mejor. Y podría ser, también, mucho peor. Era un modelo complicado: peleador, simpático, quejoso, drogón, desaforado, ingenioso, creído, ilimitado, machista, popular, oportunista, cálido, cursi, inteligente. Fue difícil adaptarse a la idea de que los argentinos éramos eso, pero hicimos todo lo que pudimos”, decía, y entonces era cierto. Ahora menos: este año, por ejemplo, en varios países africanos, la escena se terminó distinto:

–Ah, Argentina. Yes, sure, Messi, Messi.

Es todo un cambio de cultura. Y debe ser difícil. A mí, sin ir más lejos, me indignaba un poco: no, yo no soy Messi, Argentina no es Messi. Es duro ya no ser maradona; me imagino lo difícil que debe ser para un tal Diego Armando.

Es duro para todos: nos habíamos acostumbrado, y nos gustaba. Durante muchos años fuímos él porque éramos rehenes de su belleza. Lo que hacía Maradona en una cancha de fútbol era tan desmedido, tan inesperado, tan extraordinario que era normal que lo que hiciera afuera lo fuera también –y que lo aceptáramos o celebráramos como pequeñas partes de un gran todo. Fue un artista notable –alguien que hace distinto lo que muchos hacen parecido– y ya hace más de un siglo que nuestras sociedades aceptan que los artistas tienen ciertos privilegios o, por lo menos, que sus actos no deben ser medidos con la vara general: si crean hechos o gestos que exceden los límites de lo pensado, ¿por qué tendrían que mantener sus vidas dentro de esos límites? Maradona se acostumbró a ese criterio, y lo sigue empleando. El problema es que ya hace muchos años que Maradona dejó de ser un artista.

Ahora el señor Maradona es un trabajador mediocre al que le salen las cosas más o menos mal, una nota hecha de información errónea y temblores sintácticos, una foto movida subexpuesta, un bife que llega a la mesa hecho una suela. Digo: un señor que en un año no ha conseguido armar un equipo que juegue a algo –que por eso le pagan. Un señor que supo poner incómodos a todos los demás con sus gestos y actos y que, desde que tomó este trabajo, vaciló y falló como muy pocos. Un señor que consiguió que ya nadie le crea: que dice que está pensando renunciar y a los dos días pregunta de dónde sacaron que está pensando renunciar. O, mucho peor, un señor que consiguió que ya no le crean ni sus subordinados: que busca a un jugador, le dice que es el mejor de todos y que lo va a tener siempre en su equipo y a las dos semanas lo desdeña. O sea, un señor que no sabe lo que hace: que busca a alguien y días después se da cuenta de que se había equivocado. Un señor que lleva un año sin poder ir a su lugar más aficionado –la cancha de Boca– por miedo a que miles de personas lo puteen: hablemos de fracasos.

(Y encima el morbo: si yo fuera un autor de thrillers malos –películas de verano americano cerca de un lago con rubia tetona y morocha tetona y asesino cosido de costurones verdes– me divertiría como un perro armando una historia en que el viejo maestro en decadencia –digamos, un director de orquesta, que siempre queda un poco misterioso– se ve, por esas ironías del destino, obligado a ser el que ayude a su sucesor a terminar de hundirlo en el pasado: el que le ponga el último clavo a su cajón. Y contaría cómo, por una serie de razones, el viejo maestro no puede negarse a su función –que, en un punto, incluso lo atrae: dejar un heredero es, al mismo tiempo, saber que uno se ha terminado y que no todo se termina con uno– y trata de cumplirla pero algo más fuerte que él lo lleva a desviarse, a ponerle al heredero obstáculos cada vez más visibles, a proponerle instrumentos defectuosos, partituras que no le convienen hasta que, al fin, aquella noche de tormenta, termina empujándolo por el acantilado porque no puede con su naturaleza y no soporta la idea de volverse historia.)

Es duro ya no ser maradona. Nos pasa a todos: ya no somos porque él ya no es. Si es duro para todos, me imagino lo difícil que debe ser para un tal Diego. Pero él, el señor Diego Armando Maradona, a quien esto le pasa en grado sumo, tanto más que a cualquiera de nosotros, eligió pensar que a él no le pasa sino que que hay unos hijos de puta que dicen que le pasa: los periodistas, muy en particular, y millones de argentinos más en general. La culpa es del relato, dice. Cuando era un artista no necesitaba explicarnos que lo que hacía era lo que era, porque se veía; ahora trata de explicarnos que lo que hace no es lo que es, pero se ve. Lo vemos: vemos el espanto futbolístico de su equipo. No precisamos que nadie nos lo cuente ni lo pensamos porque nos lo cuenten; lo vemos, como lo veíamos –si no éramos tontos entonces, no lo somos ahora. Pero el señor Diego dice que es puro cuento y por eso mandó a los que lo cuentan y a los demás que lo critican –a todos nosotros– a chupársela o, incluso, mamársela. Yo creo, señor Diego, que si usted lo dice sabe por qué lo dice, y sólo quiero pedirle que se haga cargo de sus palabras. Nos pidió –nos ordenó– que se la chupáramos; aquí estamos, dispuestos a tomar sus órdenes como deseos o algo así. Sólo queda que usted fije día y hora, un lugar más o menos discreto –dentro de lo que cabe–, y varios millones nos pondremos en cola para ejercer, de uno en fondo, esa succión que usted comanda. Quizá nos lleve días o semanas: valdrá la pena complacerlo. Será nuestro último homenaje, por los buenos viejos tiempos. Después, si sobrevive usted a tanto respeto –ya no creo que podamos considerarlo amor–, olvídenos, vayase por favor adonde pueda y permítanos recordarlo como era cuando era Maradona.

Digo: no siga destruyendo su memoria

MARTIN CAPARROS ( periodista, escritor argentino)


martes, 9 de febrero de 2010

¿ Somos Racistas ? ( Carlos Ruiz )

- En la playa me crucé con un negro que estaba todo trabado. ¡¡ que susto me pegué!!

- ¿y si en vez de un negro, te hubieras cruzado con un blanquito? ¿también te hubieras asustado?

- Silencio primero y después de unos segundos: ¡lo que pasa es que el negro estaba todo retrabado!

- Te vuelvo a preguntar ¿si hubiera sido un blanquito te hubieras asustado?

Este es un dialogo que tuvimos con Lautaro mientras almorzábamos un día en Las Grutas cuando estábamos de vacaciones.

Primero que nada, para los que no nos conocen vayan las siguientes aclaraciones:

Lautaro es mi hijo de 15 años (muy rubio de chiquito, hoy pelo castaño claro y hermosos ojos celestes) y cuando dice trabado se refiere a una persona que por hacer mucho gimnasio y pesas se le notan mucho los músculos.

El negro en cuestión es uno de los tantos que hoy por hoy vemos en casi todas nuestras ciudades y que han ido llegando desde África y que por lo general se dedican a la venta ambulante de bijouterie.

- Escúchame blanquito, no te olvides que si bien vos sos rubiecito y de ojos claros por parte de tu mamita, por tus venas también corre sangre mapuche por parte de tu padre, por que tus tatarabuelos se criaron en una toldería, así que apenas te raspen un poquito se te va a ver el indio que tenés adentro y por otra parte acordate que tu nombre es mapuche. (Lautaro, del mapundungún: Halcón ó ave veloz)

- Una sonrisa y se acabó la discusión.

Pasaron los días y y la conversación me siguió dando vueltas en la cabecita, de cómo vivimos en una sociedad que tiene a flor de piel la xenofobia por todos aquellos que son distintos a nosotros.Una vez le escuché decir creo que al negro Rada (uruguayo él y uno de los músicos del inicio del rock nacional), de que en Argentina no era que no había racistas, si no que lo que no habían eran negros.

Y creo que tiene razón, pero no por que en Argentina no hubiera habido esclavos, si no por que los usaron de carne de cañón en las guerras de la independencia y en ese mamarracho que fue la guerra de la triple alianza contra el Paraguay (algún día nuestro pueblo le tendría que pedir perdón al Paraguay por semejante crimen)

Si bien en mi país no hay casi personas negras, si hay una buena cantidad de personas de piel cobriza que son los descendientes de las antiguas poblaciones aborígenes que poblaron estos territorios y por supuestos los mestizos nacidos de la unión de los descendientes de los indios y los europeos que poblaron estas tierras.

Si bien la mayor parte de nuestra población es de origen europeo (dicen que somos el país más europeo de Sud América), la integración en líneas generales a sido bastante buena y si hay algo que hay que destacar es que en Argentina el pobre o de clase obrera le puede hablar frente a frente a cualquier persona por más dinero o titulo de profesional que tenga ( visité varias veces Chile, y los de clase mas baja casi no se animan a dirigirle la palabra, o bien lo hacen con una sumisión que llama la atención, a aquel que tienen un mejor pasar económico o algún puesto más alto en una empresa, por ejemplo)

De todas maneras, si bien en Argentina no existe el racismo que se ve en otros países, si hay cierta discriminación sobre todo para la gran cantidad de extranjeros que llegan de los países vecinos, como paraguayos, bolivianos, chilenos ó peruanos.

Después lo que también hay es la discriminación mas que nada desde las palabras y no tanto de los hechos, con aquellas personas que provienen de los barrios mas humildes y de las villas, por lo que es muy común oír cuando la gente se refiere a ellos, como “esos negros” en forma despectiva.

Esto mismo lo he visto y escuchado en algunas oportunidades con respecto a ciertas personas a las cuales se les menoscababa por ejemplo su talento por el solo hecho de tener rasgos indígenas, como por ejemplo a la negra Sosa (tenía un amigo al que no le gustaba como cantaba por el solo hecho de “ser negra”)

El hecho de vivir en esta sociedad es increíble como nos va marcando, aún a aquellos que tenemos tanto sangre india como blanca, por que por ejemplo cuando estuve en Perú me costaba entender que todos los que nos atendían y todos los dueños de las empresas de turismos, hoteles y restaurantes fueran descendientes directos de los antiguos dueños de esas tierras, y como casi no son “los blancos” ó descendientes directos de europeos los que dirigen.

Ahora que voy desarrollando el tema me voy dando cuenta que el pecado de Lautaro de asustarse por un negro, es nada más que el fruto de vivir en una sociedad que se dice abierta, pero que de una ú otra manera continuamente va discriminado a las personas ya sea por su condición social, su piel, su nacionalidad o su religión.

Carlos Ruiz


viernes, 5 de febrero de 2010

Que la Paliza le dimo entre los cuatro ( Carlos Ruiz)

Una noche que volvía a casa sentí unos ruidos en un callejón.

Me acerqué lentamente y ví que se trataba de una pelea.

Me pareció que eran dos contra dos, pero cuando estuve mas cerca me di cuenta de que eran tres contra uno.

No lo podía creer, semejante barbaridad, que pelea mas desigual, tres contra uno.

-¿ y que hiciste ?

- y, lo pensé ¿ que hago? ¿me meto? ¿no me meto?

-¿y , te metiste o nó?

- Si, al final me metí. ¡ ¡ Que paliza le dimos entre los cuatro !!

Este es un cuentito (perdón si no es tan fiel como el relato original) que le escuché hace unos años a ese grande del humor argentino que es el señor Luis Landricina.

¿ y a que viene todo esto?

Esto me surgió como una reflexión después de escuchar y de leer cientos de veces, de la manera en que se ataca sistemáticamente al gobierno de los Kirschner.

No importa mucho si se tiene razón, tampoco importa mucho el motivo, tampoco importa mucho a favor de quien se está, solo importa que HAY QUE PEGARLES, y cuantos más seamos mejor (como en el cuentito).

La verdad es que desde el momento en que empecé a escribir este blog, nunca lo hice pensando escribir sobre política ni deportes, por que no era ese el sentido del mismo.

Pero como dice el dicho: el hombre propone y Dios dispone.

Pero también siempre tuve una cosa muy clara: el que calla otorga, y los que me conocen saben perfectamente que si hay algo que nunca voy a hacer es callarme.

Por supuesto que cuando digo algo trato de fundamentarlo (si no estaría cometiendo el mismo error que le achaco a los que trato de responderles)

Pero vayamos por parte, por que si no el que lo lea como primera medida me va a tildar de oficialista, como para intentar de ningunear mi pensamiento ( En estos días que corren veo que cada vez es mas difícil ser oficialista , como si por el solo hecho de estar a favor de algo fuera un pecado)

NO SOY OFICILISTA.

NO VOTE A LA CRISTINA ( por las dudas, solo por las dudas: vote a Pino Solanas)

¿ ACLARADO?

Otra cosa ¿ Cual es el tipo de país que quiero?

Que no les quepa ninguna duda: NO QUIERO EL PAIS de Lopez Murphy, NO quiero el país de Macri , NO quiero el país de Menen, NO quiero el país que quiere González Oro, NO quiero el país que quiere Longobardi, NO quiero el país de Melconian y de un montón de economistas más que durante años y años nos intentaron vender el paraíso que es el libre mercado.

Desde que tengo uso de razón estas fueron las políticas que se implementaron en Argentina ya sea con los militares, con Menen , con De La Rúa, y en menor medida con Alfonsín ¿ sabe como nos ha ido en todos estos años?

Que el libre mercado nos va a sacar de la pobreza es una mentira tan grande como nuestro país.

Es una mentira que los mercados se regulan solos, es una mentira.

Los mercados, son eso, mercados, y como tal solo les interesa una cosa: las ganancias propias, y si el país o el conjunto de su pueblo gana ó no los tiene absolutamente sin cuidado.

Para estas personas y para estas empresa, las ganancias son privadas, pero LAS DEUDAS son del conjunto del país, entonces mientras ganan se las quedan para ellos y cuando pierden salen corriendo para que el estado los proteja y los subvenciones (¿se acuerdan a quien salvó el corralito?).

Estas mismas empresas acá evaden impuestos y si no ponen el grito en el cielo cuando les quieren cobrar un punto de mas de sus ganancias (por supuesto en Europa y en Estados Unidos pagan sin chistar)

¿Qué allá los impuestos se usan de otra manera? Si, seguro que si, pero la discusión es otra (aunque los gasten bien, siempre se van a quejar)

Se llenan la boca hablando del primer mundo, pero solo dicen las cosas que les conviene.

En esas economías que ellos defienden jamás permitirían los monopolios de ningún tipo y tampoco por ejemplo te dejarían que plantaran lo que vos quisieras (ustedes saben por ejemplo que en Estados Unidos te dicen si podés plantar cierto tipo de cultivo o no?)

Ahora si, acá creen que se pueden adueñar de todo y hacer lo que quieren, y que el estado sea un mero espectador haciendo cumplir las leyes que a ellos les conviene (las que a esos grupos nos les conviene las tratan de leyes totalitarias)

De esto podría estar escribiendo el día entero, pero la idea es otra.

¿Por qué la gente común se ensaña de la manera que lo hace con los Kirchner?

En esta país hay una pelea, y es por plata.

En algún momento alguien traicionó a alguien, y la guerra se desató.

Los medios en su mayoría hicieron causa común y le comenzaron a dar con el ojo del hacha al gobierno, y atrás como siempre salio la manada (como en el cuentito)

¿Por qué digo esto? Por que nos les perdonan ni las que hacen bien.

Se que me van a decir que están haciendo muchas cosas mal, SI, tienen razón, pero de lo que estoy seguro es de que también están haciendo un montón de cosas BIEN.

Podremos no estar de acuerdo con el estilo de gobernar, que a mi tampoco mucho me simpatiza, pero de ahí a decir que todo en este gobierno está mal, ni empedo les doy la derecha.

La verdad es que me causa pena escuchar o leer a un montón de gentes que uno considera más o menos inteligente subirse al carro opositor sin siquiera por un momento reflexionar un poco ( Y peguen , y peguen )

Este gobierno se mandó un montón de cagadas, pero de ahí a que sea el peor del mundo hay un trecho inmenso.(¿acaso se olvidan lo que fueron los gobiernos de Alfonsín, Menen y De La Rúa?).

Solo un pequeño dato ¿cuanto eran los desocupados a finales de los noventa y a principios del dos mil?

¿Cuántas eran las reservas del país a principios del dos mil?

¿Cuánto era la deuda externa del país a principios del dos mil? (no sean boludos, hay que medirla en porcentajes y no en dólares)

¿Cómo estaba la actividad industrial?

¿Se acuerdan que en este país habían cerrado casi todas las fábricas que existían?

¿se acuerdan que casi no se frabicaban tractores y maquinarias agrícolas?

¿se acuerdan que quisieron cerrar el Conicet?

¿se acuerdan cuantos autos se fabricaban y se vendían en el país?

¿se acuerdan que cualquier crisis mundial por pequeña que fuera nos mandaba al séptimo subsuelo y que la del 2009 apenas nos rozó?

Los Kirchner no son santos de mi devoción, pero no han hecho todo tan mal como para que aquellos que nos consideramos el pueblo tomemos tan abiertamente partido por ciertos grupos económicos o por los medios.

A medianos del año pasado estuve en la provincia de de Buenos Aires, y causaba gracia escuchar como que un poco más y hasta les echaban la culpa de la sequía.

Hay que reconocer si, que fueron tan boludos en ciertos aspectos que lograron por ejemplo que se unieran Busi con Biolcati y Llambías ( el agua y el aceite) pero de ahí a que nos tengamos que tragar eso de que el campo es único motor de nuestra economía y que ellos siempre fueron unos santos que siempre pensaron en el país, por favor no seamos ingenuos (siempre fueron los que mas empleados tuvieron en negro).

Y la gota que rebasó el vaso fue la ley de medios en la que todos sin siquiera pensar medianamente se aliaron a Clarín (a Magneto en cualquier momento lo declaran santo)

Memoria, eso es lo que hay que tener, antes de alistarnos en un bando cuando se desatan estas guerras como las que hoy tenemos en Argentina.

Por favor hay que dejarlos gobernar, y si en el 2011 vemos que son tan malos como pensamos, simplemente hay que ponerle el voto a otro.

Esto es lo lindo de la democracia, cada cuatro años podemos cambiar, pero por favor no les hagamos el caldo gordo a ciertos sectores.

Y en cuanto a la oposición uno los escucha y parece que nunca hubieran hecho algo mal (los radicales causan vergüenza ajena, dos veces nos mandaron al infierno y parecen las hermanitas descalzas)

En esto me hacen acordar a una de las tiritas de Mafalda, está de vacaciones y mirando a la gente dice: mirando a la gente en vacaciones parece que nadie fuera culpable de nada (igual que la oposición)

Por favor pensemos en nuestro país, los Kirchner van a pasar y seguramente con el tiempo veremos cuan malos fueron ó no, pero tengamos mucho cuidado con ciertos sectores, que gobierne quien gobierne, siempre van a estar y cuando haya algo que no favorezca sus intereses nos van a comenzar a hacer un lavado de cerebro poquito a poco hasta que todos salgamos a unísono a pedir la cabeza de quien gobierne (no se olviden por ejemplo cuando Grondona y cía nos hicieron creen que Illia era una tortuga y después hasta los propios radicales lo dejaron solo.

Un abrazo argentino, y los que no estén de acuerdo dejen su opinión , pero con respecto y fundamento (dejen los odios de lado, que así no se construye un país)

Carlos Ruiz

martes, 2 de febrero de 2010

Si me voy antes que vos

Si me voy antes que vos
si te dejo en estas tierras
no te asustes de la noche
que en la noche vivo yo

Si me voy antes que vos
si es así que está dispuesto
quiero que tus noticias
hablen del aire y del sol

Quiero que siempre recuerdes
lo que dijimos un día
que cada vez que te ríes
río contigo mi amor

Y no te olvides de algo
que se adivina en la vida
y es que la vida misma
es un milagro de amor.

Si me voy antes que vos
y visito tu silencio
no es para que estés triste
ni para ver tu dolor

Quiero decirte mi amor
en estas torpes palabras
que cada vez que llores
lo sabrá mi corazón

Y no nos encontraremos
pues siempre estuve a tu lado
hacia dónde y hasta cuándo
esas son cosas de Dios

Y no nos encontraremos
pues siempre estuve a tu lado
siempre aunque me vaya antes
es un milagro de amor.

JAIME ROOS ( Poeta uruguayo)